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“Sería impresentable que, por resguardar un evento privado, con fines de lucro, se tengan que sacar policías de barrios, transporte público o donde la gente los necesita”

Entrevista a Eduardo Vergara Sobre Seguridad, eventos masivos y rol de las policías en El Mercurio de Valparaiso

“Creo que el fútbol debe volver de una forma escalonada, llevarlo primero a las regiones”

Tomás Moggia C.

En medio de un ambiente convulsionado en el país, el cientista político Eduardo Vergara se vio obligado a poner una pausa a su activa presencia en las manifestaciones en Santiago para viajar -con sentimientos encontrados- hacia China, donde hasta ayer participó del foro económico de Shanghai.

Allí, el exjefe de Seguridad Pública del Ministerio del Interior y excoordinador de Estadio Seguro durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet realizó una presentación muy vinculada al escenario actual que atraviesa Chile: puso énfasis en el modelo que impera, que pese a ser promocionado como exitoso, esconde una enorme desigualdad que a su juicio está enraizada en una Constitución que mantiene los privilegios de unos pocos que no la quieren cambiar.

Desde China, Vergara aborda la crisis social desde diversas aristas, centrado en la futbolística. Y es duro.

– ¿Como experto en seguridad pública, cómo evalúa el actuar de las autoridades para el mantenimiento del orden público?

– Este es el peor manejo de la seguridad pública desde al menos el retorno a la democracia. Desde un principio, el mismo 18 de octubre, el Gobierno optó por la mano dura desmedida, en cosa de horas escaló al aplicar la Ley de Seguridad del Estado (LSE) y posteriormente la salida de militares a la calle. Aplicar la LSE es una orden implícita para que las policías endurezcan sus procedimientos bajo la constatación de un aumento en las penas. En el momento mismo que el presidente dio ese anuncio, comenté que esto terminaría en lo más similar a una guerra civil con una escalada de violencia progresiva. Lamentablemente así fue. Luego que Carabineros fracasara en garantizar el orden, y en muchos casos contribuyendo a la escalada de violencia, la llegada de militares a las calles predecía un punto de no retorno. Desde ahí, parte de la historia es conocida, la violencia aumentó de la mano de la brutalidad de los procedimientos en manos de agentes del Estado. El espiral de violencia continuó y lo sigue haciendo, de la mano de brutales abusos e incluso vulneraciones a derechos humanos de inocentes. La estela de muertos y heridos será la herencia de este gobierno sobre las páginas de la historia reciente de nuestras policías y el ejército, y de esto la responsabilidad es política y recae sobre el Presidente Sebastián Piñera.

– ¿Es incompatible el fútbol con un escenario como el que vive el país estos días?

– El fútbol por si solo no es incompatible con el escenario actual. Sin embargo, el problema radica en el manejo de eventos masivos. Mucho se había avanzado en la organización de eventos de fútbol profesional. Desde el 2014 se logró articular un diseño que obligó a los clubes a hacerse responsables con proporcionalidad de las actividades, y eso permitió que la labor policial fuese más eficiente y demandara menos recursos policiales. Sin embargo, hoy la autoridad política tiene a las policías en la calle interpretando las órdenes como ellos quieren. Sería una muy mala idea que vuelva el fútbol y las policías mantengan sus protocolos y procedimientos. De ser así, los estadios se transformarán en verdaderos campos de batalla. Nadie quiere que el estadio Nacional vuelva a ver violaciones a derechos humanos. Sería no solo un error, sino un retroceso enorme. Si vuelve el fútbol, necesitamos urgente un nuevo comportamiento por parte de nuestras policías.

– La ANFP espera retomar la actividad a contar de la próxima semana. ¿Es oportuna la decisión considerando la inestabilidad que hay?

– La ANFP ha manifestado una disposición. Está haciendo lo que tiene que hacer. Pero la decisión de autorizar o no eventos masivos la tiene el Gobierno por medio de sus intendencias. Eso es exactamente lo que preocupa. En los últimos días hemos visto un desorden tremendo dado particularmente por la llegada de la ex Ministra Vocera a la cartera de Deportes. En la desesperación por protagonismo político, se llevó bajo el brazo la conversación con los clubes de fútbol y el fútbol internacional a su oficina. Esto justo en el momento menos adecuado. No me queda claro qué quieren conseguir. Los mismos funcionarios del Ministerio del Interior que antes trabajaban en la seguridad de los estadios y que hoy están en el Ministerio del Deporte antes defendían con dientes y uñas que las decisiones de eventos masivos y autorizaciones debían ser al nivel de Interior, por razones de orden público y relación con las policías. No veo al Ministerio de Deportes mandatando a Carabineros. Creo que hay demasiada creatividad en el manejo de estos temas, están jugando con fuego y ya hicieron un papelón en anunciar que existía plena disposición a jugar la final de la Copa Libertadores para que solo horas más tarde tuvieran que bajar el evento. No estamos para más papelones.

– ¿Qué medidas de seguridad debieran tomarse para el normal desarrollo del espectáculo?

– La primera medida es que, si hablamos de seguridad y eventos masivos, quienes tienen la última palabra son los responsables, en este caso el Ministerio del Interior por medio de sus intendencias. Ellos tendrán que dar la cara y explicar en caso que, y ojalá no sea así, los estadios de fútbol se transformen en campos de batalla y retrocedamos 8 años. En segundo lugar, uno espera que la ANFP ayude con una cuota de cordura y entienda que tendrá que pedirles a sus clubes que deben no solo redoblar, sino que mejorar la presencia de guardias. No estoy seguro que en este momento siquiera hay suficientes guardias privados disponibles en Chile para contratar. En tercer lugar, será necesario ser razonables con los aforos, pero principalmente dadas las condiciones de gestión privada. No van a evitar problemas de orden público porque se reducen los aforos, la realidad ha cambiado. En cuarto lugar, y antes de autorizar, las intendencias deben evaluar el contexto. Sería impresentable que, por resguardar un evento privado, con fines de lucro, que no es una necesidad ni un bien básico de urgencia, se tengan que sacar policías de barrios, vías de transporte público o espacios donde la gente los necesita. Esto sería tremendamente irresponsable. Creo que tal vez esto debe partir de forma escalonada. Llevar el fútbol a regiones primero. No partiría jugando en Santiago. La ANFP tiene la oportunidad de llevar el fútbol a estadios menores, donde puede haber mayor control y al mismo tiempo darle una oportunidad a los chilenos que siempre están en segundo lugar, de ver buen fútbol. Hoy mismo, no están las condiciones ni tampoco es responsable que el fútbol se juegue en la región Metropolitana.

– ¿Pueden los estadios transformarse en un escenario donde se canalice el descontento y la indignación de la sociedad?

– Todo tipo de espacios donde se congregue gente y exista alta presencia policial son inmediatamente un foco de potencial conflicto. Eso lo sabe Interior, lo sabe la ANFP, lo sabe Carabineros, y lo saben los ex funcionarios de Estadio Seguro y de la Intendencia que llegaron al Ministerio del Deporte. No podemos seguir usando al fútbol como una herramienta para distraer al pueblo, intentando mantenerlo ocupado. Chile hoy está en otra. Creo que la ANFP debería escuchar menos a autoridades políticas y más a sus mismos jugadores. Después de todo, el nivel de conexión con la realidad que tienen los jugadores de fútbol en muchos casos es sustantivamente superior al que tienen dirigentes políticos y del fútbol.

– ¿Cree que puede generarse más violencia en los estadios por la represión en el país, cambiará la relación hincha-carabinero?

– No cabe la menor duda que la relación entre hinchas y Carabineros es diferente, porque la relación entre ciudadanos y Carabineros ha cambiado. Si ya los niveles de desconfianza estaban por el piso antes del estallido social, hoy están peor. La labor que queda por delante es enorme. Las policías son instituciones fundamentales para la democracia y recuperar la confianza y lograr un nuevo pacto, incluso en el fútbol, será una de las tantas tareas pendientes de esa larga lista que nos esperan en el futuro.

– En estos días se ha visto unión entre los hinchas, incluso entre barras tradicionalmente rivales marchando o manifestándose juntos en las calles. ¿Puede haber un nuevo trato entre ellos?

– Hay cosas más importantes en la vida y eso los hinchas y las barras lo entienden. Aquí hay un bien superior, que es el terminar con las profundas desigualdades, terminar con la Constitución que garantiza privilegios a unos pocos y con el modelo que a costa de muchos le da ganancias obscenas a un puñado de personas. Las barras son por sobre todo organizaciones sociales, cumplen labores increíbles. Desde la barra de O’Higgins en Rancagua, pasando por la de la “U”, ColoColo, Católica, hasta Wanderers, Everton y Temuco… de Arica a Magallanes hay estructuras sociales muy potentes y que tienen una conexión con la realidad e impacto territorial que hasta instituciones públicas y partidos políticos envidian. Creo que siempre ha existido espacio para un nuevo trato. Quienes generan violencia en los estadios siempre han sido las minorías, el barrismo no es sinónimo de violencia.

“Sería impresentable que, por resguardar un evento privado, con fines de lucro, que no es una necesidad ni un bien básico de urgencia, se tengan que sacar policías de barrios o espacios donde la gente los necesita”

“Este es el peor manejo de la seguridad pública desde al menos el retorno a la democracia. Desde un principio, el mismo 18 de octubre, el Gobierno optó por la mano dura desmedida”