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El mundo en ebullición

  • Reordenamiento geopolítico. Corea del Norte se acerca a Rusia.
  • Prosigue la “guerra” por la hegemonía tecnológica entre China y EEUU.
  • Triunfo del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en clave progresista y de izquierda.
  • Elecciones del Parlamento Europeo: reflujo de las coaliciones políticas tradicionales e irrupción del ultranacionalismo.
  • Fallido golpe de Estado en Venezuela. Ganadores: FFAA.
  • Política exterior del gobierno de Piñera a la deriva.

Francia
En el contexto de la conmemoración del Día Internacional del Trabajo, los  “chalecos amarillos” asumen un papel de alto impacto en Francia. A través de sus permanentes demostraciones, desde fines de octubre del pasado año a la fecha, se han transformado en el movimiento ciudadano que ha subsumido a otros movimientos sociales como el del sindicalismo francés en las recientes manifestaciones de este 1° de Mayo, poniendo en jaque al gobierno del presidente Emmanuel Macron. Los “chalecos amarillos” se han ido consolidando como movimiento social capaz de modificar la agenda del actual gobierno: ha  logrado imponer una rebaja de los impuestos a las clases medias y aumentar las jubilaciones, si bien lo ha conseguido aumentar los impuestos a la clase alta empresarial y financiera.

El Brexit, sigue acosando a los ciudadanos del Reino Unido. Cada vez son más los habitantes ingleses que estarían dispuestos a un nuevo referendo que, definitivamente, decida la permanencia o no del Reino Unido en la UE. El desgaste político de Theresa May, líder del gobierno, es cada vez más ostensible. Encuestas recientes señalan que, de haber un nuevo referendo, la mayoría de los votantes optaría por seguir integrando la UE.   

España. El triunfo del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) es una luz al final del túnel para los socialdemócratas europeos. El domingo 28 de abril se celebraron las elecciones generales anticipadas. Los sondeos  previos otorgaban al PSOE una amplia ventaja electoral con un 27,1% de la intención de votos, seguido por el Partido Popular (PP) con un 19,3%; luego Ciudadanos con un 17,7%; Unidas Podemos -que ha sufrido un baja considerable- con un 12,3% y el Partido Ultranacionalista de derecha, Vox con un 10,2%.  Los resultados finales fueron: el PSOE, 28,7% con 123 escaños; el PP alcanza el 16,7% con 66 congresistas; Ciudadanos,  15,8% y 57 escaños; Unidas Podemos, 14,3% y 42 congresales; VOX ingresa por primera vez al parlamento español con el 10,3% y 24 escaños. Otros partidos y movimientos alcanzan el 10,1% y 38 bancas en el parlamento. El gran ganador es el PSOE, dirigido por Pedro Sánchez, que salta del 22,7% en el 2016 al 28,7% en el 2019; Ciudadanos supera su votación del 2016, en donde obtuvo 13,1% y asciende al 15,8% (2019) mientras que la “sorpresa” es la irrupción de Vox en el parlamento, que logra el mencionado 10,3%. Los perdedores son, en primer lugar, el PP, que baja de un  33% en 2016 al 16,7% y Unidas Podemos, el partido y movimiento de los indignados de Pablo Iglesias, que desciende de un 21,2% en 2016 al 14,3% reciente. Con los resultados recientes se quiebra el bipartidismo en el escenario político español, dando paso a lo menos a cinco partidos y movimientos representados en el parlamento ibérico. De esta forma cosechan un gran éxito el PSOE y en especial su líder, Pedro Sánchez, que supo interpretar de manera inteligente y audaz el actual momento político del país, reivindicando las premisas históricas del socialismo español, y -un elemento no menor- enviando al retiro a los líderes de la vieja guardia del socialismo español. Por cierto, la votación del 28,7% del socialismo ibérico lejos está de  las gloriosas jornadas electorales de los años ochenta, en donde su votación oscilaba entre el 40 y el 48%. Unidas Podemos experimentó una señal política inequívoca en la fuerte caída de su votación y de su nivel de empatía política en la ciudadanía española. Un elemento político significativo a considerar es la aparición del partido de la derecha ultranacionalista, de sesgo franquista, Vox. España, no estaba exenta de los brotes ultranacionalista que se esparcen como un reguero político por toda Europa. Un dato sumamente interesante es  es el alto nivel de participación electoral, que superó el 75%.  La mayor participación habría relativizado la votación de la derecha y, en especial, de la ultraderecha española. Tal como lo señala el Diario La Vanguardia, “la victoria de Sánchez insufla energía a la alicaída socialdemocracia en la UE”. Este triunfo en la cuarta potencia económica europea es un balón de oxígeno para los partidos socialistas, laboristas y socialdemócratas europeos, que estaban sufriendo importantes derrotas políticas y electorales.

Elecciones del Parlamento de la Unión Europea

Las elecciones que tendrán lugar entre el 23 y 26 de mayo serán una prueba de fuego para los partidos y coaliciones tradicionales del espectro político europeo, las llamadas “familias políticas” en el Parlamento Europeo. En efecto, los socialistas, laboristas y socialdemócratas, por un lado, agrupados en el Partido Socialista Europeo/Alianza Progresista de Socialista y Demócratas de Europa, así como demócratas cristianos, social cristianos y partidos populares, agrupados en el Partido Popular Europeo, por el otro, medirán fuerzas, no tan solo entre ellos, sino también con otras coaliciones que se han venido asentando en el escenario electoral de UE. Nos referimos, al grupo ultraderechista Europa de las Naciones y la Libertad (ENF), coalición formada, entre otros, por la Agrupación Nacional de Le Pen y la Liga de Salvini que podría llegar a convertirse en uno de los principales grupos políticos en la UE. En alza electoral en algunos países europeos -especialmente en Alemania- figuran los Verdes-Alianza Libre Europea. Esta coalición podría incluso superar a la Izquierda Unitaria Europea-Izquierda Verde Nórdica (GUE-NGL). También entrarán en la disputa la Alianza de Liberales y Demócratas de Europa. Las encuestas prevén una disminución de la votación de las dos fuerzas políticas mayoritarias hasta este momento en el parlamento, a decir, el Partido Popular Europeo y el Partido Socialista Europeo/ Alianza Progresista Socialista y Demócratas de Europa.    

América del Sur

En abril y mayo, América del Sur ha estado en las portadas de los medios de comunicaciónde todo el mundo por razones de la más diversa índole. El suicidio del ex presidente del Perú, Alan García, que gobernó el país en dos ocasiones (1985-1990 y 2006-2011), conmovió al mundo. García, junto al fundador de la Alianza Popular Revolucionaria Americana Víctor Raúl Haya de la Torre y Armando Villanueva, fue una de las figuras más relevantes del APRA y de la política peruana de las pasadas tres décadas. Alan García era investigado por corrupción en el marco de las actividades de la empresa constructora Odebrecht en el Perú. Carismático político y talentoso orador el ex presidente del Perú estaba acusado de tráfico de influencias, lavado de dinero y colusión, cuestiones que él negaba, señalando que nunca le daría en el gusto a los fiscales de ser detenido y encarcelado como Pedro Pablo Kuczynski, Ollanta Humala, o perseguidos por la justicia como Alejando Toledo, actualmente en los EEUU.

Venezuela: todos pierden

Los sucesos recientes en la República Bolivariana de Venezuela han acaparado el interés mundial. A la aguda crisis económica, política, social y humanitaria que padece la sociedad venezolana se le agrega la profunda polarización entre partidarios del gobierno de Maduro y las fuerzas políticas de oposición lideradas por  Juan Guaidó. El jefe del legislativo ha sido reconocido como presidente por más de 50 países, llamó el pasado 30 de abril a un levantamiento cívico – militar contra el régimen de Maduro como parte central de lo que la oposición ha denominado “Operación Libertad”. Finalmente, el  logro más relevante de la oposición fue la libertad de Leopoldo López, dirigente de la organización política Voluntad Popular –partido integrante de la alicaída Internacional Socialista y  el mismo de Guaidó- quien se encuentra en la residencia del Embajador de España en Caracas. La convocatoria a este llamado cuasi insurreccional por parte de la oposición fue minoritaria y no logró el apoyo de las FFAA venezolanas; salvo excepciones, la cúpula militar encabezada por su máximo mando, el general Vladimir Padrino, mantiene el apoyo al gobierno de Nicolás Maduro.

Las claves políticas de estos sucesos son:

  • una oposición liderada por el diputado Guaidó que ha perdido fuerza y convocatoria política, fracasando en la mayoría de su convocatorias, especialmente esta última del 30 de abril;
  • un gobierno que mantiene las riendas administrativas y de gestión gubernamental y, hasta ahora cuenta con el apoyo de las FFAA, está cada vez más dañado y debilitado;
  • las FFAA dirigidas por Padrino, también Ministro de Defensa, que resultan fortalecidas de esta coyuntura política.

Sin embargo, Venezuela se ha convertido en una pieza peligrosa en el juego de ajedrez de las grandes potencias, los EEUU por un lado, Rusia y China por el otro. El tema de fondo es la posesión de los inmensos recursos petroleros y minerales que el país posee. Son numerosos los indicios y rumores de una posible intervención militar norteamericana. Esta medida cuenta con la simpatía de varios gobiernos integrantes del llamado Grupo de Lima, más aún cuando sectores importantes de la oposición venezolana abogan por una medida de fuerza para derrocar al gobierno de Maduro –entre ellos el mismo “presidente encargado”- no permitiendo buscar una salida política al conflicto. En este contexto cobran mayor relevancia instancias internacionales como Naciones Unidas y la Unión Europea, junto con iniciativas de los Gobiernos de México y Uruguay de proponer mecanismos tendientes a generar un diálogo inmediato entre la oposición y el gobierno de Maduro. A su vez, el Grupo de Contacto integrado por países latinoamericanos y europeos puede propiciar el imprescindible diálogo político entre las partes en conflicto para sofocar intentos de  intervención militar externa que conllevaría una guerra civil. Una salida vía fuerza militar y ocupación del territorio venezolano por FFAA no venezolanas sólo podría ser enormemente perjudicial para las democracias latinoamericanas.    

Chile

La política exterior del actual gobierno del Presidente Piñera ha vuelto a ser impredecible: a las decisiones de no suscribir el Acuerdo Regional sobre el acceso a la información, la participación pública ni el acceso a la justicia en asuntos medioambientales, conocido como Acuerdo de Escazú, ha seguido la deserción del gobierno chileno en el Pacto Mundial para la Migración Ordenada y Segura, conocido como Pacto de Marrakesh. En el plano regional, Chile parece buscar liderazgos con dudoso éxito en acciones como la presencia precipitada del presidente Piñera en  la ciudad de Cúcuta bajo el pretexto de ayuda humanitaria al pueblo venezolano, como así también el intento de crear una nueva organización de integración regional, PROSUR, de claro sesgo derechista en la región. La política exterior de Chile se centra, a todas luces, en el protagonismo presidencial y no necesariamente en la Cancillería. En las últimas semanas, el papel de Chile en la comunidad internacional vuelve a alarmar al cuestionar  principios básicos, normas y actuación de las instituciones del Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos a través de una carta firmada por el gobierno chileno junto al argentino, colombiano, paraguayo y brasileño.

El conjunto de medidas y pasos mencionados ha generado fuertes reacciones en un amplio espectro de la oposición, plasmado en la creación del Foro Permanente de Política Exterior, que reúne figuras políticas y académicas de vasta trayectoria en relaciones exteriores junto con diputados/as y senadores/as de distintos partidos políticos progresistas.

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